viernes, 13 de enero de 2012

29. Diciembre


5:30 am
Santiago, Chile

Chile comienza a despertar, se abren los negocios y la gente, despierta hace más de un rato, espectante, observa, piensa, juega o existe.
Esperan el metro, estoy casi segura. Ese particular trabajo de quien abre las puertas, no solo del metro, las distintas puertas... simpático no? ¿Qué sería sin ellos? Nos quedaríamos eternamente esperando.
Me pasa ahora algo similar a lo de Frankfurt en Alemania e intento comparar el comportamiento de la gente. Es muy gracioso porque aquí no soy extranjera y me siento mucho más observada.
Al parecer la incoherencia me es inherente al escribir. Tantas ideas me rondan, incapaces de asentarse en un reglón de esta libreta.
Quizás tengo el síndrome de escritura temprana eterna, pero no me desagrada. Descubrí que las palabras, al escribir, tienen vida propia y se dan a conocer en el lugar, fecha y tiempo que ellas lo deseen; igual que las ideas... son superiores a mi y depende de mi boca que las menos pertinentes se escapen.

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